Nunca se sabe hacia dónde te puede llevar una idea. Lo que empieza como algo diminuto puede crecer y cambiar, hasta que un día algo minúsculo se convierte en todo un mundo con entidad propia.
Puede que así lo vea Alejandro Davila, director de CONICAL. En seis años, una inspiración que sirvió de punto de partida no solo se ha transformado en un estudio, sino que ha dado lugar a toda una franquicia transmedia alrededor de una hadita verde que se le ocurrió durante uno de sus paseos.
«Observaba las farolas, los semáforos o cualquier cosa que brillara, y siempre pensaba: "¿Habrá hadas viviendo ahí dentro? ¿Sería una buena historia?"», dice Davila. Lo que pasó después le ayudó a levantar el vuelo.
En 2016, fundó CONICAL al ver la oportunidad de aprovechar el impulso creciente que tenía la narrativa interactiva. Con los motores de juego como elemento central, sabía que podrían empezar a contar tipos distintos de historias, las cuales no tenían por qué comenzar ni acabar necesariamente en un solo medio. En ese momento, se centraron por completo en The Green Fairy VR, una producción prototipo que empezaría a indagar en la inspiración que Davila sacó de las farolas.
Como todos los prototipos, CONICAL enseguida empezó a probarlo para ver si habían conseguido algo. Una de sus primeras paradas fueron los centros comerciales Westfield en Nueva Zelanda. Tras unas pocas interacciones, estaba claro que aquello tenía potencial para convertirse en algo grande. La New Zealand Film Commission también le vio algo e invirtió en el proyecto, lo que ayudó a desarrollar el concepto en el cortometraje de realidad virtual de 10 minutos que conocemos hoy.
Lo más bonito de The Green Fairy, aparte de sus alegres personajes, es que básicamente es una historia sobre darse cuenta de que nuestras cualidades únicas son las que nos hacen especiales. Nuestra heroína tiene que aprenderlo por las malas de la mano de unas hadas amarillas muy bordes (puedes ver el corto completo en Oculus), pero al final ese camino la lleva a la autoestima y a la amistad. Una premisa maravillosa para todos y un gran triunfo para CONICAL. Pero ya que habían empezado a construir ese mundo, no querían abandonarlo.
Su primera ampliación fue una versión de RA que permitía a padres y niños interactuar con The Green Fairy en ordenadores de sobremesa. Entonces consiguieron la aprobación para comenzar a hacer una versión para la televisión que les permitiría desarrollar sus personajes del hada verde y roja para los niños que ven el canal TVNZ en Nueva Zelanda, en ese codiciado espacio del sábado por la mañana que tan bien conocemos y tanto nos gusta a todos. De repente, aquella pequeña idea parecía un océano de oportunidades.
«Queríamos investigar más sobre ese contenido y ampliar los detalles del hada verde y su mundo. Así que hicimos una serie de vídeos de tipo videoblog», comenta Thomson, gerente de producción en CONICAL. «Nos propusimos crear un libro infantil. Podríamos compartir la misma historia con un público más joven, y esta podría experimentarse en un medio diferente. Se convirtió en un magnífico proyecto transmediático».
Para conseguirlo, el equipo siguió confiando en Unreal Engine, lo que les hizo formar parte de la primera ola de estudios que adoptó esta tecnología en el mundo de la animación. Pero entonces se toparon con un obstáculo. La New Zealand Film Commission, que había jugado un papel decisivo en la financiación del proyecto, no quiso involucrarse en una segunda temporada de la serie, lo que dejó al equipo sin saber qué camino tomar.
Aunque el equipo tenía suficientes encargos por parte de clientes como para seguir trabajando, perder el acceso a su principal proyecto personal fue un duro golpe. Con los ánimos un poco bajos, Thomson empezó a valorar distintas opciones, y gracias a una conversión se enteró por casualidad de la existencia de las MegaGrants de Epic. Probó suerte y envió una solicitud sin muchas expectativas, para luego descubrir que les habían aprobado el proyecto.
«Cuando supimos que Epic Games iba a financiar parte del trabajo creativo que tanto anhelábamos, volvimos a salir a flote», explica Thomson. «No nos lo esperábamos para nada y llegó en el momento justo. Nos dio la oportunidad de mostrar nuestra mejor versión y hacer lo que nos apasiona. Volvió a avivar la llama que tenemos dentro».
Además de seguir trabajando en The Green Fairy y sus derivados, CONICAL también empezó a llevar al hada a Tik Tok, publicando divertidos vlogs que ya han acumulado cientos de miles de visualizaciones. Ya sea con el hada verde enseñando a la roja cómo tiene que dibujarla o hablando sobre lo que le gusta o no a estas criaturas, el equipo no ha dejado de encontrar nuevas formas de profundizar en este nuevo mundo feérico, al que le ha dado una vida más allá de un solo medio.
Hoy, CONICAL está trabajando en su primer videojuego, Faeborne, que supondrá una «saga RPG fantástica de aventura y acción completamente nueva que combinará la recolección, la exploración y un combate ágil», y que servirá como otra extensión de la IP The Green Fairy . Curiosamente, CONICAL asegura que la MegaGrant les ha abierto la puerta para embarcarse también en este proyecto, ya que su validación les ha ayudado a asegurar el capital inicial que necesitaban para arrancarlo.
Ayudas aparte, CONICAL es el ejemplo perfecto de qué puede suceder si sigues tu instinto y persigues aquello que te apasiona. O, según palabras de Thomson, «Si hay algo que te apasione de verdad, ve a por ello. Al final se hará realidad, aunque tarde un día, una semana o un año. Si algo te apasiona, podrás conseguir cualquier cosa».
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